Hola, mi nombre es Enrique Bonifacino y estoy encantado de compartir mi amor por la música contigo. En esta sección, voy a contarte acerca de mis antecedentes como músico y profesor de piano.
No puedo imaginar mi vida sin música. A lo largo de mi vida, la música ha desempeñado un papel fundamental, tanto profesional como personalmente. Es mi vocación Creo que Lo tomé de mi madre, a quien le encantaba cantar y tocar acordeón y guitarra. Tomé mis primeras lecciones de música a una edad temprana, pero fue después de terminar la escuela secundaria que elegí la música como carrera. Asistí a la Escuela de Música de la Universidad Estatal de Uruguay donde obtuve mi título en interpretación de piano. Cuando estaba cerca de la graduación, trabajé como profesor de piano en la escuela. Después de obtener mi título, continué trabajando en ese puesto durante 9 años. Durante mi tiempo en la universidad, no solo enriquecí mi conocimiento sobre el rendimiento y la enseñanza del piano, sino que también consolidé mi anterior experiencias y me dio la motivación para expandir mi carrera musical y explorar nuevas posibilidades. Luego tomé una decisión que transformó mi vida: a pesar de las dudas de mi familia en Sudamérica, me mudé a Londres en 2010 y la he convertido en mi hogar. Desde entonces ha abierto muchos nuevos horizontes en mi viaje musical. Estos incluyen exponerme a una cultura vibrante y diversa, convertirse en un tutor de piano independiente y organizar y grabar mi primera álbum en solitario. Con esto como base, comencé a escribir ideas para un libro sobre mi filosofía de piano que incluye lo que nos hace músicos y cómo hacer realidad nuestro potencial musical.
Creo sinceramente que aprendemos más efectivamente cuando disfrutamos de lo que hacemos. Durante mis clases utilizo varios estilos de enseñanza para obtener lo mejor de mis alumnos. Mi propósito es hacer que la experiencia de aprendizaje sea interesante y divertida. También entiendo que cada persona tiene diferentes talentos y necesidades, por lo que animo y elogio su individualidad. Me comunico efectivamente con niños y adultos por igual y adapto mis estrategias de enseñanza a los requisitos del alumno. Para mí, hacer música y enseñar son inseparables. Mi filosofía es que ambos, maestros y alumnos, aprenden unos de otros y de esta manera la música nos enriquece a todos.